Recomendaciones previas: cambiar el coche o transporte
público por la bicicleta para desplazarse por la ciudad es una
experiencia a la que conviene habituarse. Por ello, es recomendable
hacer antes trayectos cortos, pasear, visitar a un amigo cercano, etc.
Si se sustituye el coche privado por la bicicleta, el ahorro económico puede ser considerable
Antes de ir al trabajo, hay que planificar el trayecto. Se deben evitar
las vías con más tráfico motorizado y buscar rutas alternativas menos
concurridas, a ser posible con carriles-bici, aunque haya que pasar por
más calles.
Calcular las distancias y el tiempo también es muy importante para
llegar a la hora. Si el trabajo está a una distancia superior a cinco
kilómetros y/o tiene grandes desniveles u obstáculos importantes, se
puede optar por una fórmula mixta y utilizar transporte público. Por lo
general se pueden llevar bicicletas, pero conviene informarse con
anterioridad de las normas y las restricciones. Y si hubiera
prohibiciones, las reclamaciones ciudadanas son una forma activa de
fomentar este medio de transporte ecológico.
Elegir modelo: lo más importante es seleccionar la
bicicleta que más se adapte a las necesidades, gustos y presupuesto. Las
urbanas son más ligeras y cómodas para andar en ciudad, las de montaña son más resistentes, las híbridas aúnan las características anteriores, las eléctricas ayudan al pedaleo y las plegables
ocupan poco espacio y dan más opciones para llevarlas en transporte
público y guardarlas en la oficina. Y si están dentro del recorrido y
horarios, otra opción son las bicicletas de préstamo público.
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Imagen Cameron R.Stern |
Poner a punto la bicicleta: hay que cuidar varios
elementos necesarios para ir al trabajo. Los cubrecadenas y los
guardabarros en las ruedas delantera y trasera evitarán posibles
manchas. Una cesta delantera y/o una cesta trasera servirán para llevar
el maletín o cualquier otro elemento laboral. Las luces y los elementos
reflectantes harán más visibles a los ciclistas para los coches y son
obligatorios si se circula de noche. Conviene tener una bomba, unos
parches y una llave multiherramienta para mantener la presión de las
ruedas y arreglar posibles pinchazos.
Tener la vestimenta adecuada: se puede ir con todo tipo
de ropa, incluso traje, si se ponen los medios para evitar que se
ensucien, como agarraderas para los tobillos. No es recomendable ir muy
abrigado, porque enseguida se entra en calor. Una elección acertada es
llevar alguna prenda externa cortavientos. Si se suda mucho, se puede
llevar una camiseta interior de repuesto. Para los días de lluvia, un
chubasquero impermeable y transpirable o una capa con vuelo, de manera
que al ir apoyada sobre los brazos tape también las piernas. El uso del
casco no es obligatorio en vías urbanas (sí en interurbanas), pero
siempre es recomendable por seguridad. También se puede optar por una
mochila o un bolso en bandolera para llevar materiales de trabajo, o la
ropa que pueda sobrar durante el camino. Unos guantes, además de quitar
frío, pueden reducir los daños en caso de caída. En cuanto al calzado,
ha de ser lo más cómodo posible y, si se puede, con suela
antideslizante.
Hacer una conducción relajada, atenta y responsable:
para evitar sudar y ponerse en riesgo, lo mejor es ir a una velocidad
tranquila, sin agobios. Al ponerse en carretera, el respeto y la
educación cívica son la base. Hay que seguir las normas de tráfico para
no tener problemas con los coches, y respetar a los peatones. Como la
bicicleta es el vehículo rodado más débil, conviene cuidar la seguridad,
en especial en las intersecciones, donde los coches se fijan menos en
las bicicletas. En calles estrechas es mejor ir por el centro del carril
para evitar posibles adelantamientos peligrosos. Conviene estar atento a
los posibles obstáculos, grietas, hoyos, etc. que pudiera haber en el
camino. Mucho cuidado con la pintura de los carriles-bici o las marcas
viales de la carretera, que a menudo resbalan cuando llueve.
Buscar una buena zona de aparcamiento: lo idóneo sería
tener un lugar reservado en el lugar de trabajo o dentro del propio
edificio. Es fundamental concienciar a los compañeros y jefes de la
importancia y ventajas del uso de la bicicleta y que se pongan los
medios para ello. Si no es posible, hay que buscar lugares resguardados
contra las inclemencias meteorológicas y el vandalismo, y llevar un buen
candado.
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